Modelo educativo
La Universidad Abierta Interamericana adoptó desde su creación el Sistema Pedagógico VANEDUC para desarrollar su proyecto educativo. Este sistema se implementa en las diferentes instituciones educativas del Grupo VANEDUC - desde el nivel inicial hasta el de educación superior - y sus resultados permiten su actualización periódica y permanente. Su existencia y desarrollo a lo largo de más de 50 años y su reconocimiento por organismos internacionales como la OEA y la UNESCO, legitiman sus principios esenciales.
El Modelo Educativo promovido por la UAI en todas sus acciones educativas se caracteriza por estar centrado en el aprendizaje del/a estudiante más que en la enseñanza, procurando romper con las prácticas tradicionales encuadradas en la pedagogía de la transmisión y propiciando otras que favorezcan la comprensión, la interacción, la creatividad, la colaboración y la resolución de problemas.
Tomando como marco y referencia este sistema pedagógico, el modelo educativo de UAIOnline se define y caracteriza por:
El modelo se implementa a través de la plataforma tecnológica desarrollada por la Universidad, que, como entorno virtual, posibilita:
- El acceso a los materiales de aprendizaje de la propuesta formativa y a los diferentes recursos que la integran.
- El desarrollo de los procesos de comunicación e intercambio que favorecen un aprendizaje contextualizado y una construcción de significados compartida.
- La interacción con una interface de gestión académica y administrativa que permite y facilita la realización de trámites y consultas en línea.
La mediación pedagógica de los procesos de enseñanza y aprendizaje se realiza a través de diversos componentes que se integran y complementan en este modelo: los materiales educativos, elaborados por equipos interdisciplinarios, en los que se plasma un diseño que recupera la importancia de la organización lógica y de la estructuración didáctica de la información. Este diseño se encuentra enriquecido con el aporte del conocimiento del docente (elaborado a partir de su formación disciplinar, de sus experiencias y su práctica profesional), retoma los conocimientos previos de los alumnos y propone, a partir de ellos, el abordaje de lecturas y la realización de actividades que posibilitan aprendizajes significativos.
Los procesos de interacción, orientados desde esta propuesta pedagógica, también se encuentran mediados por las herramientas de intercambio y comunicación que facilita el entorno tecnológico. Siguiendo a Börje Holmberg, se trata de crear una “conversación didáctica guiada”, es decir, un diálogo multidireccional que promueva la motivación y el intercambio con y entre los estudiantes y con el cuerpo docente, que posea una intencionalidad educativa hacia el logro de aprendizajes significativos y que integre, de manera pertinente, todos los medios y recursos para alcanzar los objetivos propuestos.
El modelo se organiza sobre una estructura de comunicación tanto sincrónica como asincrónica, que se asienta sobre el valor que reviste la persona y los grupos como productores de conocimientos y de nuevos significados, de naturaleza social y cultural. Por lo tanto, tiende a favorecer formas de construcción del saber a partir de la colaboración y el intercambio entre pares, así como entre estudiantes y tutores, generadas sobre la base de propuestas de interacción que posibiliten el desarrollo de cogniciones distribuidas.
El plantel docente que cubre las diversas disciplinas o áreas del conocimiento correspondientes a los distintos programas de formación, se desempeña organizándose en un sistema de tutorías. Los profesores tutores, que realizan el seguimiento, apoyo y orientación de los alumnos, se convierten en agentes de creación y organización de situaciones y de contextos experienciales y educativos, cuyo propósito es estimular y facilitar el aprendizaje del alumno durante todo el proceso, a través de los diferentes medios que brindan las nuevas tecnologías.
En cuanto a la evaluación este modelo prevé, por un lado, una evaluación permanente de los aprendizajes durante todo el programa que, como un proceso dinámico, continuo y sistemático, genere información sobre la calidad de la propuesta pedagógica y, por otro, la evaluación del sistema en su totalidad, para garantizar la calidad del servicio que la Universidad ofrece. Se pretende recuperar el sentido educativo de la evaluación, a partir de la explicitación de los fines que persigue y de los criterios sobre la base de los cuales se contrasta la información que ella permite obtener; no se trata de evaluar por evaluar sino de evaluar para mejorar las propuestas de formación, la organización de las tareas, posibilitando la transferencia a una más eficiente selección metodológica.
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